Los derechos humanos son una de las cuentas pendientes de muchos estados tanto ricos como pobres. Da igual el nivel de desarrollo que pueda tener. El incumplimiento es constante en muchos aspectos. En el caso de la Unión Europea, los últimos tiempos ha dejado al trasluz la apuesta por una política de reforzar o construir fronteras dejando en un segundo terminó la acogida de refugiados procedentes de la guerra de siria.
Como ellos mismos reivindican: “no somos terroristas, huimos del terror”. Con mayor claridad no se puede decir. Son frases recogidas a píe de campo de refugiados que obtienen una empatía limitada. No trascienden en las instituciones más relevantes para adoptar medidas acordes con la situación humana que se vive. Y eso no deja de ser un problema de sensibilización política “muy preocupante”.
Pero, el asunto de los derechos humanos es tan amplio como complejo cumplir de forma absoluta. En el caso de un país como España, la cadena de desahucios de los últimos años ha puesto en cuestión la responsabilidad de un Estado que primo los intereses económicos por encima de los sociales. En este capítulo, el gobierno español mostró una gran debilidad por seguir una línea recta en materia de derechos humanos.
Lo mismo sucede con las relaciones exteriores de los países desarrollados. Mantienen lazos con quienes no cumplen, ni cumplirán con las normas más elementales. En el ranking de estados sospechosos tenemos nombres muy destacados como Estados Unidos, Israel o México son algunos de los gobiernos perdidos en el quebranto continuado. Y todos ellos cooperan o tienen vínculos con otros estados donde la población sufre los avatares de la falta de derechos.
A esto se suma otra interesante reflexión: “El cambio climático también es otra forma de agredir a los derechos humanos”. Sin embargo, muchos son los que racanean o mercadean con las cuotas de emisión de C02 a la atmosfera. Un comportamiento muy alejado de un compromiso real de construir un futuro con unos pilares sostenibles y no abonados al desahucio del derecho a vivir con dignidad.