Emprender el camino hacia la paz es uno de los rumbos más inteligentes para habilitar espacios de convivencia equilibrados y plurales. Es cierto que, según las entendederas del receptor, esta gran idea se puede ver con una perspectiva exclusivamente utópica.
Para romper con el nocivo y conservador modelo de la arquitectura de las ideas acomodadas en los imposibles, en aquellas dificultades insalvables que solo incitan a bajar los brazos, aparecen en escena organizaciones civiles con ánimo de llevar “muy bien” la contraria a una buena parte de la sociedad.
Con un estilo elegante y depurado, Asamblea de Cooperación Por la Paz acomete una misión compleja, pero no imposible: Importar la pacificación al principal conflicto de Oriente Medio. Sin obscenas cumbres políticas y respetando la absoluta autonomía de los pueblos palestinos e israelí. Para ello, ACPP consulta, escucha, habla y reflexiona con los colectivos sociales de las dos partes del ‘infame muro’ con la finalidad de constatar y contrastar su visión sobre el conflicto.
La ONG reconoce que la misión no es fácil. No lo es porque existen otros agentes interesados en que así sea. En perpetuar la inestabilidad como parte del gran negocio que significa para unos pocos que residen tanto dentro como fuera del confín de los dos países. Para una poderosa minoría la práctica de la paz es un valor que no ofrece grandes dividendos. Es tan solo una impertinente necesidad para un correcto desarrollo de los derechos humanos.
Cumplir con el derecho a vivir sin amenazas o riesgos extremos, provocados por un conflicto bélico con interesadas porciones de invención, no parece responder a un negocio rentable.
Resignarse a resistir tal hostilidad es una injusta condena para dos pueblos que buscan con ahínco la puerta de salida, más próxima, para abandonar un contexto político y social impuesto, excluidos de cualquier opción de elección para decidir la hoja de ruta de su propio futuro.
Asamblea actúa tal y como suena la bella palabra latina: con una proyección horizontal. Optimizando sus grandes virtudes y aprendiendo de algunos defectos. Es decir, abonados al afán de superación diaria. Un enfoque que fortalece el proyecto de ‘pacificación civilizada’ y permite reajustarlo en aquellos aspectos que así lo requieran…
Ahora, un documental audiovisual, elaborado por un equipo de reporteros de la ONGD Agareso muestra con milimétrica precisión los avances y actuales resultados de una empresa que trata de asfaltar y acondicionar ‘los caminos que conducen a la paz’. Un destino anhelado para el que ACPP ya se ha encargado de instalar todo tipo de señalización.
Así pues, perderse en el primer cruce de caminos es una cuestión de desinterés, de despreocupación o de acción voluntaria porque existe constancia de que los semáforos están permanentemente en verde para escuchar a las otras voces de Israel y Palestina.
Conoce en profundidad el proyecto: ‘Caminos de Paz. Otras voces de Israel y Palestina’.
Otras acciones de visibilización de Agareso y ACPP en Palestina
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