Millones de mujeres sufren desigualdad
Una de las principales desigualdades en el mundo se ceba con las mujeres. Se trata de más del 50% de la población del planeta y, sin embargo, carece de los mismos derechos, libertades y oportunidades que los hombres. El golpe de la pobreza, tanto relativa como extrema, es muy desigual entre una parte y otra. Y, por supuesto, las consecuencias resultan más lesivas si se compara un extremo y otro.
Según Naciones Unidas, la fotografía fija de la desigualdad se centra en varias claves fundamentales. Dos de ellas apuntan a que hay 4,4 millones más de mujeres que viven en la extrema pobreza y tienen hasta 11 puntos porcentuales más de probabilidad de no disponer de alimentos en comparación con los hombres.
Discriminación
Existen culturas y pueblos en los que el desarrollo personal de una mujer se queda a medio camino si lo comparamos con el del hombre. El ámbito de las oportunidades se reduce, en ocasiones, un 50% entre una parte de la balanza y otra. Sobre todo si tiene presente que unos 15 millones de niñas nunca aprenderán a leer y a escribir o 750 millones de mujeres y niñas se han casado antes de cumplir los 18 años de edad.
La lista de desequilibrios, por desgracia, es muy amplia. Y no solo alcanza a ámbitos como el de la pobreza, hambre, educación, salud o bienestar. También se constatan pronunciados desniveles en contextos como el cambio climático o en situaciones de conflicto bélico. Dos realidades en las que se multiplican los perjuicios para las ellas con respecto a ellos.
Lo más llamativo es que, a pesar de esta posición de franca desventaja, existe constancia documental que, en la cooperación internacional, los mejores resultados se le atribuyen a la gestión de una mujer o un grupo de mujeres liderando una iniciativa o un proyecto. Y no se trata de hacer diferencias de género también en el campo de la solidaridad. Pero, parece justo y necesario aseverar (con evidencias en la mano) que las mujeres persisten en demostrar una mayor disposición y capacidad para generar cambios en el mundo.
Siempre, sin exclusiones.