Victoria asegurada

La larga carrera de la inclusión

Su pretensión es acabar la exigente prueba del Dakar de 2019. Y lo que no sabe Lucas Barrón, copiloto peruano de 25 años con Síndrome de Down, es que ya ha cruzado una meta más importante antes de que arranquen los motores de una nueva edición de las carreras más importantes del mundo.

Con su ejemplo, la integración de personas con capacidades diferentes aprieta el acelerador hasta llegar a hacer historia. Lucas da un golpe de autoridad y advierte a todo el planeta que “si se puede” llegar a coronar montañas con las cimas más altas. Porque las barreras a sortear son de otro tipo: humanas, sociales, políticas o institucionales.

Deja claro que una persona puede alcanzar todo aquello que se proponga. Y, en su caso, se convertirá en el primer competidor que, después de 40 años de historia, participa en el Dakar con Síndrome de Down.
Desde el primer día, desde el minuto uno, Lucas ya se convierte en una leyenda del largo y arduo camino de la normalización. En como vivir y convivir nadando en el inmenso océano de la diversidad. Demostrando que la igualdad es tan solo cuestión de voluntad y apertura mental.

Prueba del Dakar

Para llegar a ser uno más y poder afrontar los 5.000 kilómetros de dunas y desiertos, distribuidos en diez etapas, Lucas ha tenido que prepararse durante varios meses como los 500 pilotos inscritos.
Participa en esta prueba apoyando a su padre, Jacques Barrón, de 55 años, con quien ya ha participado en otras pruebas por el desierto peruano. En septiembre de 2018 corrieron como piloto y copiloto en el Dakar Series-Desafío Inca, carrera preparatoria al Dakar 2019, que tuvo como escenario la zona de Ica, al sur de Perú. Lograron la séptima plaza.

En esta nueva ocasión, el resultado final será una incógnita, igual que para el resto. Aunque al margen de lo deportivo, este sobresaliente hecho logra superar metas, fronteras o derribar muros sociales de gran altura.

¡Una victoria más que asegurada!

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