Navegar en la incertidumbre
No se podrá decir que el gobierno de España y la propia Unión Europea han conseguido los objetivos marcados, a inicios de la crisis humanitaria de los refugiados. Lo han hecho, y con nota: incumplieron los compromisos anunciados asilándose en una política deshumanizada, a base de conservar el corazón frío, sometido a temperaturas bajo cero.
‘La Oración del Mar’
Materia pendiente
‘Una buena y una mala’
El panorama nos deja dos noticias: una buena y una mala. El asunto más amable lo protagoniza el Tribunal Superior de Nairobi. Esta instancia judicial ha revocado el plan del Gobierno de Kenia de cerrar el campo de refugiados de Dadaab, el mayor del mundo, porque considera inconstitucional la repatriación de quienes viven en el.
Retos incumplidos
Las cifras siguen mostrando un corazón frío. Una sensibilidad atenuada. Una atención perdida en la desidia. Así se encuentra el compromiso de España con la realidad de los refugiados que han huido de la guerra, la pobreza, las desigualdades en Siria y países del entorno.