Eterna incertidumbre del Pueblo Saharui
(Foto: ECSahara)
El conflicto de la antigua colonia española, que arrancó en 1975, suma años estancado debido a las posiciones frontalmente opuestas que mantienen Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que representa el Frente Polisario.
Mientras que la RASD reclama la celebración de un referéndum de autodeterminación, el gobierno de Rabat en Marruecos se opone frontalmente a esta opción y propone otorgar más autonomía a la antigua colonia española, pero siempre bajo soberanía marroquí. Posturas enquistadas que superan los 45 años de historia.
El pueblo saharui persiste, a través de una reivindicación pacífica, en exigir su libre autonomía para gestionar el territorio. En especial, el área del Sáhara Occidental. Pero, el país vecino no tiene la misma visión del conflicto.
Y, entretanto, en Europa, países como España apoyan al pueblo saharui a través de la ayuda humanitaria, de manera verbal, y con algún gesto político, mientras alcanza acuerdos diversa naturaleza, como el control migratorio en las fronteras, con la parte del conflicto: Marruecos.
El juego perverso y poco responsable ha marcado el estilo de la política española en estas cuatro décadas a la hora de buscar una salida al proceso de descolonización del Sáhara. Gobiernos de muy distinto color político han coincidido en encauzar con un mismo enfoque el abandono de un pueblo en medio del desierto.
Posición de España
Paralelamente, a la tibieza política le ha precedido, año tras año, la reserva de partidas en los Presupuestos Generales del Estado, en los capítulos de cooperación y solidaridad, destinada a los campamentos de refugiados saharuis, como fórmula de anestesiar un problema.
España lleva más de cuatro décadas arrastrando los píes cada vez que se plantea una solución definitiva al conflicto del Sáhara. Estrecha la mano a un pueblo que nunca dejo de pertenecer a sus competencias administrativas mientras aprieta la otra con los responsables de un país que, en la actualidad, sostienen que el territorio ocupado, de manera ilegal, les pertenece no se sabe muy bien por qué.
Que una mano no sepa lo que hace la otra. Que la izquierda ignore lo que hace la derecha. Es el producto de la falta de valentía y determinación de un Estado que lleva décadas acomodado en la indiferencia y en una dañina inacción para el futuro de varias generaciones de saharuis que, todavía, albergan esperanzas de descubrir el oasis de la autodeterminación de su pueblo.
(Entrevista a Juan Soroeta, profesor Titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la UPV/EHU, Presidente de AIODH (Asociación Internacional para la Observación de los Derechos Humanos) y presidente del Instituto de Estudios Internacionales del País Vasco Francisco de Vitoria, en el programa Contraparte de Onda Cero Radio).