La infancia vive amenazada en un contexto de guerra
Existen conflictos infinitos, o eso parece. Es el caso del contexto que presenta Siria. Un escenario en el que se centraron todas las atenciones durante la crisis humanitaria de los refugiados y que, a día de hoy, se encuentra situado en un segundo plano al verse solapado por otras realidades.
Pero, allí, en Siria, siguen pasando muchas cosas. Según Naciones Unidas, cada ocho horas fallece un niño o una niña. A este ritmo, el balance se eleva ya a 55.000 menores que han perdido la vida desde que comenzó el conflicto. Y, de forma incuestionable, este verano 2021, ha sido uno de los más mortíferos para los niños y niñas en Siria: 45 han muerto o resultado heridos.
La ONG World Vision insiste en denunciar esta situación. Sobre todo después de conocer la muerte de dos niños desplazados en las cercanías del campo de Idlib Al-Abrar en Siria. Ambos perdieron la vida por los efectos de dos artefactos explosivos sin detonar.
Letal incidente
Los niños, de 7 y 11 años, estaban jugando después de la escuela con un objeto metálico que habían encontrado a 500 metros del campamento, y que habían llevado a casa. El objeto detonó mientras jugaban con él. Los dos hermanos fallecieron mientras que sus tres hermanas resultaron heridas.
Este accidente afecto a cinco niños que forman parte del proyecto de educación informal que World Vision desarrolla en la zona desde mayo de 2021. Se trata de una iniciativa que permite a los menores tener un mínimo contacto con la educación y el ambiente escolar; muchos de ellos y ellas han perdido su centro de referencia al verse destruido por los ataques de las bombas.
Pero, como se puede comprobar muchas acciones solidarias reciben el impacto de la guerra, una evidencia es esta desgraciada situación que demuestra con la máxima contundencia que en Siria siguen pasando muchas cosas.
Podcast
(Entrevista en Contraparte, en Onda Cero, a Eloisa Molina, coordinadora de comunicación de la ONG World Vision España)
