No se podrá decir que el gobierno de España y la propia Unión Europea han conseguido los objetivos marcados, a inicios de la crisis humanitaria de los refugiados. Lo han hecho, y con nota: incumplieron los compromisos anunciados asilándose en una política deshumanizada, a base de conservar el corazón frío, sometido a temperaturas bajo cero.
Detrás de las palabras están los hechos
Depende de quien narre el cuento
Los grandes olvidados no parece que vayan a ser rescatados de la actual oscuridad informativa. Desde el desmantelamiento del campo de refugiados de Idomeni la situación ha variado de forma sustantiva: la realidad de las personas que huyen de la guerra y la pobreza ha pasado del primer plano a ser unas verdaderas desconocidas. Es cuestión de apagar el foco informativo para que el problema desaparezca de escena y así despreocuparse de elaborar una posible solución.
¿Cómo mercantilizar al refugiado?
La deportación a Turquía es la nueva solución que acaba de idear la Unión Europea para dar salida a la llegada masiva de refugiados a Europa. Esa es la única respuesta ‘solidaria’ de un conjunto de gobiernos de países desarrollados, que obligan a otros a hacer lo que ellos no hacen, para abordar un problema humanitario de proporciones desconocidas.
Europa se refugia navegando a la deriva
La cruda realidad no cesa de empujar a miles de personas desde Siria hasta una insolidaria Europa que consiente la construcción de muros y fronteras físicas como las de antaño. Que curioso: el pasado más oscuro regresa al presente. Así, de esta manera, se protege el gobierno húngaro de una amenaza, de una invasión, de una desesperación humana que, supuestamente, podría hacer tambalear la seguridad nacional. Se blinda de esta dramática escena a base de pecar en los errores del siglo XX. Se desentiende de los problemas ajenos mirándose al ombligo. Continuar leyendo «Europa se refugia navegando a la deriva»