El agua ya cotiza en bolsa
Ponerle precio al algo tan preciado como el agua es similar a ponerle precio a la vida de la humanidad. Uno de los recursos básicos y fundamentales, que debería cumplir con el derecho de acceso universal, acaba de convertirse en un valor al alza. Y no por lo necesario que es para el desarrollo humano, ¡que también!, sino por su capacidad de generar ingresos.
El líquido vital entra a ser uno de los denominados recursos de futuro que ya cotizan, desde diciembre de 2020, en indicadores bursátiles como Wall Street. Es decir, una de las economías más importantes del mundo pretende hacer caja con uno de los recursos más esenciales que garantizan la existencia de miles de especies en el planeta. Entre ellas, la nuestra.
Llegados a esta inédita situación surge una pregunta muy obvia: en el futuro, ¿el agua es un bien común o pasa a ser un negocio en manos de pocos? De cumplirse esta segunda opción estaríamos en clara y directa contradicción con uno de los 18 puntos que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En concreto, el objetivo número 6 convierte al agua y al saneamiento en nítidas prioridades en la agenda de ODS, correspondiente a la actual década 2020-30. Sin embargo, el rumbo que adquiere este preciado y necesario recurso registra una coordenadas, cuando menos, inquietantes.
Consecuencias: el agua en los mercados
Uno de los derechos humanos más primordiales se sitúa al mismo nivel que el petróleo o el trigo. El oro negro ya tiene una atractiva competencia en el mercado de valores: el oro líquido. Un indeseado paso que induce a pensar lo comprometidas que quedarán las futuras generaciones, los pueblos más vulnerables, las personas sumidas en una espiral de pobreza. Una repartición desigual de algo tan vital como el beber parece ser el escenario que se dibuja en un horizonte; donde si algo se intuye es un mayor nivel de desplazados y un incremento de la presión migratoria sobre aquellas zonas del mundo con dominio ante la
gestión del agua.
Introducir este recurso en el voraz y volátil mundo de la economía capitalista solo puede tener un impacto negativo sobre una gran mayoría. Lo contrario sería una inesperada
sorpresa que todo apunta no tendrá lugar. Desde luego, no parece una buena idea para preservar el criterio del bien común. Y, ahora, la gran preocupación se centra en despejar una incógnita esencial: ¿esto es solo el principio o debemos prepararnos para nuevos sobresaltos?
Podcast
Contraparte 89 – El agua ya cotiza en bolsa
(Programa dedicado a los derechos humanos y la solidaridad en Onda Cero Radio).