Los depredadores contaminan

El mundo indígena ha mostrado una rotunda negativa a mantener un leve contacto con el resto de los seres humanos de otras sociedades. En el año 2011, ese fue el deseo de la Tribu Mashco-Piro en Perú, al tener conocimiento de otros modelos de vida.

En las últimos meses, la necesidad por encontrar alimento motivo a esta comunidad a desplazarse a zonas pobladas en busca de comida. El permanente aislamiento que mantienen, por tradición y cultura, ha vuelto a suscitar una delicada situación  entre una y otra parte.

Dos de los miembros de la tribu observan, con atención, a otros seres humanos

A orillas de un río, en el interior de las fronteras de uno de los países andinos por excelencia, se han vuelto a ver las caras uno y otro pueblo. Cerca cien miembros, que forman parte del colectivo indígena, decidieron abandonar (de forma eventual) el radio de convivencia, con el consiguiente riesgo para la salud.

Según los expertos, el posible contacto con otros seres humanos pone en serio riesgo o compromiso el sistema inmunitario de los integrantes de la tribu. Así pues, no parece recomendable intentar un acercamiento sin unas mínimas medidas de prevención para evitar lo peor: la propagación de enfermedades impropias de su hábitat.

Llegados a este punto, el principal interrogante se centra en por qué los Mashco-Piro del Perú sufren este proceso migratorio en busca de un sustento.

Y, realmente, ¿las repercusiones de nuestra depredación registran un alcance tan elevado como para afectar a una pequeña tribu refugiada en mitad de la selva?

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