Muñeca de trapo

Niña siria en un campo de refugiados con una muñeca de trapo

El insoportable conflicto de Siria sigue provocando que miles de familias huyan con lo puesto, y poco más. Salir del fuego cruzado se convierte en el único objetivo de padres y madres con la finalidad de proteger la vida de los suyos, por encima de cualquier otra consideración.

En el caso de los niños, la muestras de incomprensión son múltiples y complejo de resolver. No entender por qué los mayores llegan a arrebatarse la vida los unos a los otros resulta imposible de explicar a ojos y mente de un pequeño. Es más, jamas comprenderán que es tan importante como para llegar un extremo tan letal.

Los campos de refugiados en Líbano u otros lugares colindantes al país, en cuestión, están repletos de niños correteando y jugando en medio de  las improvisadas calles de tierra con una insuperable creatividad. Hacen continuas preguntas sin posibilidad de ofrecer una respuesta humanamente coherente. Y los progenitores y el resto de los miembros de la familia tratan de desviar su atención hacia otras actividades más amables y constructivas como el juego infantil.

Tanto es así que el padre de una pequeña inventó una muñeca con trapos y un trozo de madera en sustitución de uno de los juguetes más solicitados de su hija. Su construcción fue una evidente muestra de talento en medio de la nada.

Al abandonar Siria, Noura no pudo coger todas sus muñecas preferidas. Con siete años  de edad reconoce que echa de menos su casa, su habitación donde guardaba todas las cosas y, en especial, a todas sus amigas con las compartía horas y horas de juego.

A pesar de la triste escena que está obligada a soportar, vivir como una refugiada lejos del lugar de origen, presume de una familia que logra mantener intacta su dignidad infantil.

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