Victoria Kent: «Precursora de dignidad y reinsercción social en las cárceles españolas»

Perfil de Victoria Kent

Descubrir las claves biográficas de la trayectoria vital de Victoria Kent ofrece intensos resultados. El hecho de conocer cuales fueron los detonantes de su participación activa en política, la decisión de poner veto al voto de la mujer en etapa republicana o la gestión al frente de la Dirección de Instituciones de Penitenciarias no pasan desapercibidas para los apasionados y seguidores de los activos sociales que, con sus decisivas actuaciones, acabaron marcando la historia de la sociedad.

En el caso que del perfil de Kent, su continuo y tenaz trabajo por dignificar a las personas privadas de libertad, así como el intento de normalizar la imágen de las cárceles ha acabado convertido en una referencia para los actores que desarrollar planes, programas o iniciativas en pro de la reinsercción.

De hecho, el legado prestado altruistamente por Victoria Kent logró iniciar un nuevo rumbo con la finalidad de recuperar a aquellas personas que lesionaron, por un motivo u otro, las normas de convivencia plural y respetuosa en la sociedad.

La reinsercción y las posibilidades que presenta fueron avistadas en la distancia por nuestra ‘Referencia’ recomendada.

Todo sobre la historía de Victoria Kent

Actor Social – «Existía algo impensable hoy en día: las famosas brigadas»

Tomas Acuña.- Hace 21 años que soy funcionario de Instituciones Penitenciarias, y lo que ha cambiado todo en prisiones, es cierto que todo debe evolucionar, porque todo es dinámico, nada se mantiene inalterable, pero cuando echas la vista atrás y los recuerdos vienen a mi memoria, pienso: ¡Como ha cambiado nuestro trabajo! No se parece en casi nada a lo que era, salvo en que las personas continúan ingresando en prisión y que seguimos aquejados de un mal endémico  parece que perpetuo en esta Administración: «la falta de recursos humanos»…Pero muchas cosas han mejorado, las condiciones de trabajo, las condiciones de los centros, el tratamiento, la aplicación de la normativa penal y penitenciaria, etc.

Las celdas tenían barrotes en las puertas

Aún recuerdo cuando empecé a trabajar en la prisión provincial de ‘La Parda’, en Pontevedra, una prisión obsoleta y antigua, sin condiciones para casi nada, mala para los trabajadores penitenciarios y mala para los internos, había celdas en donde en lugar de una persona, había tres, cuatro y hasta cinco internos. Existía algo impensable hoy en día: las famosas ‘brigadas’, esos dormitorios colectivos donde se hacinaban 20, 25 o hasta 30 internos, y donde por las mañanas cuando ibas a realizar el recuento era muy difícil mantener la compostura por el olor humano que se respiraba. «Era insoportable e incluso producía arcadas».

Las celdas no tenían duchas. Estaban en una zona común donde los internos se debían duchar con otros internos; no existía la intimidad. Imposible hacer una minima clasificación exigida por una legislación penitenciaria avanzada y moderna, pero que no se podía cumplir por falta de infraestructuras y centros que la permitieran, donde los penados estaban con los preventivos, los que habían estafado con los asesinos, los primarios con los reincidentes.

En el suelo del departamento de aislamiento nacía agua, si no andabas con cuidado te metías un resbalón y acababas con tus huesos en el agua; no solo debías tener cuidado con los ‘iuras’ que había allí si no precaución de no romperte una pierna, un brazo o la clavícula. A todo esto se le añadía que estabas solo con internos con mucha agresividad, odio, desesperanza lo que aumentaba su frustración que terminaban pagando con el que tenían más cerca, fuera interno o funcionario…

(Primer relato de Tomas Acuña de una serie dedicada a las experiencias del pasado y presente de las prisiones en el sistema español) 

La futura Ley de muerte digna busca el ‘consenso social’ evitando el concepto de eutanasia

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad prepara el borrador de la futura ley que regulará los cuidados paliativos y el alivio del dolor de las personas enfermas en sus últimos días de vida, y que se trata de una ley que pretende alcanzar «el consenso social».

La futura ley de muerte digna se encuentra en proceso de tramitación con el firme propósito de dar respuesta a «una situación que necesita de regulación», según el gobierno. La ley ofrecerá garantías a los profesionales del sistema sanitario y a los pacientes, «que en sus últimos días de vida tienen derecho a que se mitigue su dolor», a no sufrir, y a vivir sus últimos momentos «con dignidad».

La normativa no será una ley que regule la eutanasia, sino que trata de garantizar el derecho a mejora la prestación sanitaria. Esta ley de ámbito nacional tendrá en cuenta las experiencias desarrolladas por los sistemas públicos sanitarios de Aragón y Andalucía.

En su elaboración, serán consultados diversos expertos y, en las próximas semanas, el gobierno presentará un borrador del texto que pretende discutir con todos los sectores profesionales y con las organizaciones cristianas porque el futuro texto tiene «vocación de consenso».

De momento, la Iglesia no realizado ningún pronunciamiento al respecto, aunque el ejecutivo español está dispuesto a debatir con la institución católica.

La principal pregunta en diversos ámbitos de la sociedad, donde el debate nunca estuvo apagado, se centra en conocer los planes a largo plazo. Es decir, si este texto legal es el esbozo de la futura Ley de Derecho a la Eutanasia.