Manifestaciones de la entelequia

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La tramitación de una Reforma Laboral del gobierno de España ha concentrado a millares de personas en las calles de las diversas ciudades del país. Tampoco existieron dudas en como secundar de una u otra manera la Huelga General. Todos/as los presentes estaban convencidos que muscular la movilización social era necesaria para defender tanto los intereses colectivos como individuales. Continuar leyendo «Manifestaciones de la entelequia»

El exponente del decrecimiento

FOESSA confirma que la tasa de pobreza en España (21,8%) es una de las más elevadas de la Unión Europea. Ya lo hemos logrado a base de insistir: «los pobres son más pobres». Se detecta una disminución en el umbral de pobreza que redujo el nivel de renta en 200 euros. Hemos pasado de los 8.000 euros (2009) a los 7.800 (2010).

Seguimos añadiendo datos preocupantes con un incremento de la exclusión social, ya que en 2010 afectaba a 11.675.000 personas estaban en riesgo de pobreza en España, es decir, la cuarta parte de la población (25,5%).

La precariedad de la calidad de vida también se ve confirmada por el incremento de personas atendidas en los servicios de Acogida de Cáritas, que pasaron de 400.000 en 2007a 950.000 en 2010.

El derecho al empleo es un derecho básico en clara decadencia. Los parados juveniles, los de larga duración y el desempleo femenino crecen con paso firme a datos hacia un retroceso social catastrófico. Preocupante es el caso de los denominados  “trabajadores pobres”, es decir personas que, aunque tiene empleo, están por debajo del umbral de la pobreza relativa. En España, hay 940.000 personas en esa situación, en condiciones de privación severa de desarrollo personal y colectiva.

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Las distancia entre los universos de la pobreza y la riqueza continúan abriendo más la herida de la desigualdad. Sobre terreno tropezamos con numerosos ejemplos: Cruz Roja en la provincia de Pontevedra ha reorientado sus acciones priorizando en paliar antes que prevenir las duras consecuencias que la crisis económica provoca en incontables familias.

La estampa del desempleo en familia y la deficiencia de recursos comienzan a ser una constante que, lejos de decrecer, aumenta sin mecanismos que logren neutralizar una ‘bofetada’ diaria.

Los comedores sociales aumentan en un 20% el número de comensales que, cada jornada, se sientan a una mesa servida por la solidaridad alimenticia. Casualmente, el mismo porcentaje mencionado es el que, en el año 2011, fija el recorte efectivo de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

Da la sensación de que no existe una solución efectiva y equilibrada a medio plazo. En una espiral de desesperación, cada mañana recuperamos los problemas sociales con los que nos hemos acostado, por mucho que algunos desde las administraciones piensen que el paso de las noches es útil para borrar de la realidad cotidiana aquello que resulta “muy incomodo para gobernar»…

El exponente del decrecimiento multiplica de forma imparable hacia el infinito. Un desgraciado laberinto en el que muchos pueblos y sociedades llevan sumergidos desde hace décadas por factores de muy diversa condición y naturaleza. Ahora que la pobreza se instala con crudeza en nuestra realidad, y con previsión de hacerlo por un largo espacio de tiempo, estamos obligados a corregir una absurda teoría colectiva que situaba la principal amenaza global en el escenario de otras personas con las que podíamos o no solidarizarnos con ellas en la distancia.

Pero, admitir que han fallado las coordenadas del GPS es comenzar a reconocer que hemos infravalorado un grave problema humano por mero etnocentrísmo. Otra cuestión bien distinta es armar una solución que dé respuesta a las necesidades de una lucha real contra las causas y consecuencias de la probreza, tanto en el sur como en el norte…

La pobreza ya es portada…

Son numerosos los semblantes de la pobreza actual que se presentan en lugares donde hace menos de un lustro los coches de alta gama no extrañaban a nadie. De nuevos ricos a nuevos pobres. Esa ha sido la mala jugada de un sistema estrangulado por una mentira reconvertida a una tosca verdad: “La pobreza se vestía de riqueza en el Estado del Bienestar”. Una estrategia perfecta, propia de los militares más experimentados en distraer al enemigo.

La crisis actual no es más que una expresión del desastre social y humano protagonizado por unas ambiciones envenenadas de materialismo. No hay vuelta atrás. Se coló en nuestra vidas el conocido ‘Sueño Americano’ con la notable variante de una cultura que no sabe esperar;  “que se impacienta por llegar a ver el amanecer cuando la luna todavía está situada en el oscuro horizonte”.

El trueque no funcionó. Y, ahora, el pago de las consecuencias se torna muy duro. Cola para solicitar un empleo. Cola para tramitar la prestación del desempleo. Cola para implorar un aplazamiento de la condena en forma de hipoteca bancaria. Cola para comer y beber esta misma noche. En definitva, cola para vivir un día más…

La evolución ha sido imparable. De menos a más. De pilotar un gran vehículo a conducir a la familia a las puertas de un centro de distribución de recursos básicos. ¿Comer o morir? Un cambio extremo, tanto, que las actuales condiciones se han convertido en un amargo trago (difícil de digerir) ante la promesa del “amor eterno con una cómoda y desahogada existencia”. No ha sido así.

En la puerta de atrás del voraz sistema capitalista, se hallan millares de personas golpeadas sin piedad por la pobreza relativa, en algunos casos, y pobreza absoluta, en otros. Hubo quien frivolizó con su exterminio. Pero, respondiendo a patrones habituales de los denominados virus inteligentes: «una nueva mutación acabo derivando en una incontrolada epidemia con nuevas caras».

Los médicos sociales (trabajadores sociales) conocen esta nueva manifestación que se nos revela como pobreza urbana. La calificaron con esa denominación en base a experiencias de otras realidades afectadas por el empobrecimiento de recursos. Curiosamente, uno de estos diagnósticos se centro en las condiciones de vida de Brasil. Hoy, en día, un denominado país emergente.

Ahora, la extrema falta de recursos básicos ha cruzado el charco. De una orilla a otra del Atlántico sin tener previsión de ello. Quizás, hemos dejado de ser una referencia en el universo de las oportunidades sin saber asumir el declive de nuestro modelo social. Los pobres siguen siendo pobres, o más pobres que antes de la fugaz convivencia con una ficticia riqueza.

Un estudio reciente sobre las condiciones de vida, publicado por el sindicato UGT, confirma que 580.000 gallegos han rebasado el umbral de la pobreza en los últimos años.

Mientras, muy próximas al portal de casa, las ONG’s trabajan sin tregua para abastecer a las familias, derribadas por un frágil sistema económico, de alimentos y enseres más básicos. Otras organizaciones recurren a la sutileza para hacer creer a los niños que sus padres comen fuera de casa el fin de semana y, en realidad, lo hacen en un comedor social. Un brillante reportaje de Eduardo Roland, elaborado en la ciudad olívica, así lo demuestra.

Entretanto, lo más hiriente es comprobar como la crudeza más descarnada de la pobreza ya es portada no solo de los medios de comunicación sino de nuestra propia vida. Cada mañana tropezamos con esta realidad y lo peor del asunto, al margen del sufrimiento de quien padece las consecuencias de carecer de todo o no tener nada, es que no hemos hecho nada por remediarlo. Todo lo contrario.

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Pero, la actual lectura del paronama social no habilita espacios para las dudas: «La pobreza ha llegado a las páginas centrales de los periódicos, y el resto de medios por necesidad, y no por solidaridad». Un ‘destacado logro’ que viene precedido de años dandole la espalda a un problema que afectaba sin compasión a otros seres humanos…

Reencuentro con la ‘generación perdida’

El presente recibe la visita de un pasado con el que ya no contaba. Supervivientes de la denominada ‘generación perdida’ reivindican el mérito de haber sorteado todas las minas escondidas en el camino vital… Algunos que fueron seducidos por unas sustancias de toxicidad social incalculable, ahora, cuentan su historia con grandes dosis de arrepentimiento cuando la mirada se fija en lo ocurrido a lo largo de la década de los 80.

Si hubiesemos podido incluir aquella conversación en un programa de radio, habríamos elegido para su cierre una cultivada banda sonora del maestro Antonio Vega: ‘Se dejaba llevar por ti’. Nada más acertado que una lírica de desbordante realismo para ilustrar 60 minutos exclusivos.

La inciativa fue considerada pionera. De esas en las que se puede aseverar de forma categórica: «No hay precedentes» en la vida del sistema penitenciario. En este caso, el margen de error era nulo para los aficionados a rebuscar en las hemerotecas.

Todo acontece en la IV Convención Anual de Agareso. En un amplio programa también se incluye el almuerzo en el módulo 9 de la prisión de A Lama (Pontevedra). La experiencia queda acotada y limitada, algo muy habitual en la vida penitenciaria, al comedor del mecionado módulo.

La cola de gente es más extraordinaria de lo habitual. La rutina pierde fuerza ese día. Solo una ranura en la parte inferior de aquel habitáculo, soportado por una robusta estructura de hierro y cristal, permite mantener un contacto físico con los internos encargados de servir la comida de ese sábado. El menú no perseguía la exquisitez o sofisticación en su composición.

Había que buscar un sitio vacio para sentarse a comer. En aquella mesa nos encontramos con dos veteranos de la vida carcelaria. La casualidad quiso que Carmén Avendaño, presidenta de la Fundación Erguete, mujer que plantó cara a los narcotraficantes gallegos hasta desenmascararlos, nos acompañase en aquel singular escenario. Parecía no ser ajeno para ella. Pronto, descurbiríamos porqué…

Las presentaciones fueron escuetas con los dos internos que ocupaban la zona más próxima al pasillo del comedor. La mesa y sillas habian sido ancladas al suelo. Uno de ellos comienza a romper el frio inicial: «¿Te puedo llamar tocayo?». A lo que se le responde con amabilidad: «Ningún problema, encantado de compartir nombre».

Poco a poco, descubren la realidad social y personal que les ha llevado a sumar décadas en prisión: La droga en sus diversas presentaciones y composiciones ha sido la causa prinicipal «de todo». Con lamento, Juan confiensa que «ya está bien. He montado demasiados lios a todo el mundo por las drogas».

Su mirada se torna triste y nostálgica. En sus explicaciones golpea la mesa con moderación. Intenta contener la impotencia, a pesar de las numerosas desgracias provocadas con sus delictivos actos.

El robo era su modo de vida hasta que el propio sistema logró neutralizarlo… La comisión de varios delitos se acabo transformado en una condena de 12 años privado de libertad. «Es mucho tiempo aquí dentro».

En una dialogo cruzado con Carmén Avendaño desvela que el VIH también buscó acomodo en su organismo. «Lo tengo controlado. La carga viral lleva muchos análisis indetectable». Es decir, es como tener el virus dormido o inactivo en el interior del cuerpo, gracias a las actuales terapias de abordaje de la enfermedad.

Desmiente lo que todos pensabamos y dabamos por sentado: «No me contagie con las jeringuillas. Fue en una relación con una chica». Esta confidencia sorprendió por la naturalidad empleada. El paso de los minutos van agotando las posibilidades de continuar conversando. Por ese lugar, habían pasado numersosas víctimas del tráfico de drogras de las décadas de los 80 y 90. Carmén confirma ese dato: «En este centro, han estado muchos y muchas que se drograban en nuestras calles. Hemos atendido a muchos jóvenes malheridos por el veneno de la droga».

Instantes antes de la despedida, preguntamos por el futuro. Juan aclara que su paternidad y compañera sentimental es prioritaria para rechacer su vida, una vez consiga recuperar la libertad. Con una sonrisa integrada en un duro semblante nos expresa, a punto de recobrar cada uno su camino: «Para vosotros, ha sido todo un reencuentro con la generación perdida. Gracias por este rato, ¡suerte en la vida!».

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‘La Comunicación es un intransferible servicio de desarrollo social’

La manifestación de la Comunicación para el Desarrollo tiene, afortunadamente, incontables experiencias emprendidas por organizaciones comprometidas con implementar este enfoque en parte de sus proyectos. Sin embargo, y por desgracia, es la gran desaparecida en la acción y cooperación al desarrollo del ámbito autonómico y estatal. Continuar leyendo «‘La Comunicación es un intransferible servicio de desarrollo social’»