No hubo opción. Nadie tuvo escapatoria ante la barbarie que se registraba en Barcelona y en Cambrils. Tan lejos pero tan cerca. Así vivimos en este otro rincón de la península lo acontecido. Lo vivido este pasado 17 de agosto 2017. Desde el año 2004 no habíamos experimentado emociones iguales. De hecho, empatizamos con otros golpes que recibieron grandes ciudades europeas (París, Berlín, Niza, Estocolmo, o Londres ), en los últimos meses; sin embargo, dentro de nuestras fronteras no teníamos la sensación de que este día llegaría.