Una campaña de sensibilización de UNICEF alerta a los padres de los riesgos para los pequeños de confiar en personas desconocidas sin tener clara la intención de ese contacto.
Suele suceder en los espacios más habituales o próximos al entorno del menor: escuelas, parques, centros de juegos o deportivos. Y, en el peor de los casos, en el ámbito familiar; mucho más difícil de detectar para agentes externos experimentados en Trabajo Social con la Infancia.
La amenaza de la pedofilia es una realidad a la que solo puede responder la cautela y vigilancia de los progenitores en un primer momento. Después, el turno corresponde a las fuerzas y cuerpos de seguridad para identificar, detener y procesar a quienes disfrutan con las prácticas o tendencias pedófilas.
Un dato relevante para la reflexión colectiva y social: La Fundación Alia 2, un colectivo que persigue la seguridad para los menores en la red, refleja en un informe publicado en el 2011 que cerca de 16.000 intercambiados a través de internet albergaban sospecha de portar contenido pedófilo.
Confiar en la seguridad real puede resultar más beneficioso que confiar en el azar como método tradicional para defenderse y evitar una amenaza a la parte más vulnerable de nuestra familia.