¿Nuclear? No, gracias

Antón Lois.- Los orígenes marcan carácter. La energía nuclear nace en tiempos de guerra mundial, la segunda, como resultado de la intensa investigación dedicada a descubrir métodos más eficaces para exterminarnos mutuamente.

El invento se aplicó un par de veces y satisfizo a sus promotores: Funcionaba, y muy bien, aunque se podía perfeccionar, y en eso estamos.

Luego, claro, las envidias…todos quisieron tener su bomba, o dos, o mil.

Que una bomba atómica podría ser también “controlada” para calentarnos e iluminar nuestras casas fue una aplicación secundaria, un daño colateral más.

Medio siglo escuchando las bondades de las centrales nucleares, esas tan…

Seguras, porque los más de 800 incidentes de consideración registrados son detalles sin importancia.

Limpias, porque los residuos de media y alta actividad que legaremos a nuestras 150 generaciones posteriores y para los que 50 años después de empezar a producirse la ciencia no encontró otro sistema de “gestión” que almacenarlos, cuando no directamente tirarlos al mar son… irrelevantes.

Inagotables, aunque el uranio sea un recurso no renovable, con yacimientos utilizables que se agotarían antes de un siglo, pero… ¿quien pretende vivir un siglo?.

Eficaces, aunque uno de sus principales factores limitantes sea su altísimo coste, que década a década aumenta exponencialmente. Pero eso, recortando un poquito en seguridad, otro poquito en calidad de materiales, otro poquito en personal y con muchos fondos públicos se consigue un precio muy competitivo.

Con futuro, aunque aporten menos del 5% de la energía que utilizamos y globalmente los proyectos de instalación vayan en descenso.

Objetivos prioritarios en caso de guerras o acciones terroristas… que no deja de ser una forma de promocionar el turismo.

Mucho oportunismo político y pocas voces a favor de la energía nuclear estos días. Seguramente comprensible con la que está cayendo… y la que va a caer porque todavía es impredecible como terminará el accidente, por otra parte previsible, de Fukushima.

Sin embargo, ahora que sus argumentos serían escuchados con extraordinaria atención, quienes siguen defendiendo la energía nuclear callan. Pocas veces mejor aplicable el término de silencio sepulcral.

Como si fuera cosa del destino, Fukushima inauguró los actos en memoria del 25 aniversario de Chernobyl. La tragedia que continúa, silenciada, sumando víctimas olvidadas, y nos puso en evidencia que el sueño nuclear era más bien una pesadilla.

La gran pregunta: ¿Existen energías alternativas?.

La respuesta es, realmente NO… porque ya no son alternativas, son las únicas realidades viables posibles.

La utopía se cambió de bando.

(Antón Lois es miembro de la directiva de la ONG Amigos da Terra en Galicia)

Sostenibilidad global, un desafío ineludible

Beatríz Lorenzo.- La idea de un modelo de gobernanza global sostenible urge cada vez más en la actual situación, no sólo económica, sino también social y geopolítica. La conservación de la tierra y los espacios y recursos naturales aparece cada vez con más relevancia en la búsqueda de un desarrollo sostenible. Naciones Unidas calcula que en total casi 20 millones de hectáreas de tierras de cultivo – un área equivalente a la mitad de tierras cultivables de toda Europa – ha sido vendida o está en proceso de adquisición en el tercer mundo. Continuar leyendo «Sostenibilidad global, un desafío ineludible»

¿Dónde está la generación ni-ni?

Identificación de jóvenes pasivos

La Confederación de padres y madres de Alumnos (COFAPA) digiere con gran satisfacción los resultados obtenidos por el informe ‘Desmontando a ni-ni. Un estereotipo juvenil en tiempos de crisis’, realizado por el Instituto de la Juventud (INJUVE).

Al contrario del papel que algunos estratos de la sociedad otorgan a las generaciones del futuro relevo, este estudio sociológico califica a los jóvenes de España como ‘protagonistas y motor del cambio que necesita la sociedad’.

Este trabajo desmonta los pilares de una imágen ‘muy negativa’ de la juventud actual. Estas supuestas valoraciones, situando al futuro natural de la sociedad en una posición de escasa esperanza, quedan en entredicho gracias a la elaborada y rigurosa labor realizada por los expertos en sociología del INJUVE.

Entre las particularidades, el sociologo responsable del estudio, Lorenzo Navarrate, destaca que la falta de motivación para asumir responsabilidades no se presenta en el grupo de población posicionado entre 16 a 19 años. Un escenario contrario sólo lo encontraríamos en los jóvenes instalados en la franja de edad de 20 a 24 años, una de las más castigadas por la desconsideración social. Aún así, la falta de estimulos se presenta en pequeñas proporciones.

Todo parece indicar que la estigmatizada generación, por una supuesta pasividad, está en clara decadencia. El hecho de vivir a la «sopa boba» es practicado por una minoria, no superior al 5% de los jóvenes que superan la veintena, mientras que los que se encuentran por debajo de este umbral no alcanzarían el 2%.

Y, la proporción decrece al contrastar los datos de la EPA (Encuestra de Población Activa) de otros ejercicios anteriores a 2009, año utilizado como base principal del estudio, entre otros.

Sin duda, el último grupo referido es el que más demuestra respirar aires de dificultad cuando reflexiona sobre el campo laboral. En concreto, la sensación de frustación aumenta a medida que el nivel formativo es más elevado. Tampoco, las conclusiones del trabajo conceden a la denominada generación ‘ni-ni’ demasiado espacio y recorrido para subsistir en el futuro. Más bien, parece que estaríamos asistiendo a algo residual, recurriendo a términos técnicos de una cuidada investigación social.

El riesgo de desorientación no amenaza a la gran mayoría de jóvenes que, en principio,  descartan el cómodo y poco productivo refugio de la filosofía «ni-ni» como una alternativa ante la actual situación de crisis. Entre los dos segmentos de edad analizados no se llegaría a una suma del 7% que han expresado su voluntad de no enterrar aquello de «ni estudia, ni trabaja» o seguir un modelo basado en un hedonismo radical, «un estilo  de entender la vida que no sólo se circunscribe a las edades más tempranas».

Casualmente, los resultados del estudio abren un campo para nuevos interrogantes sobre el grado de responsabilidad de los padres, la comunidad educativa, los medios de comunicación y la propia sociedad con respecto a una parte de la juventud tan poco activa ante los acontecimientos, y los extendidos estigmas transformados en prejuicios sociales para los menores de 35 años. Aunque lo más significativo e inmediato para la Sociología y el Trabajo Social, quizás, se sitúe en despejar: ¿Dónde está la generación ni-ni? 

 

Actor Social – «El único denominador común era la ausencia de todo sentido común»

Tomas Acuña.- Trabajar como funcionario de prisiones desde hace más de dos décadas permite hacer un importante recorrido por el pasado. Recuerdo que en el departamento de menores había personas desde los 16 años hasta los 25. Había protegidos de los protegidos. Internos que se refugiaban de otros internos que a su vez se refugiaban de otros; los motines, altercados y desordenes colectivos estaban a la orden del día. Continuar leyendo «Actor Social – «El único denominador común era la ausencia de todo sentido común»»

El grifo de las oportunidades solo vierte para una minoría

El agua es un bien escaso para la gran mayoría de la población. Es un enunciado muy reiterado en el tiempo, pero obviado con frecuencia por los mandatarios del denominado concierto internacional. Aquellos que tiene la llave en la mano para abrir y cerrar el grifo de la igualdad de oportunidades.

En el asunto del suministro del líquido elemento volvemos a encontrar elevadas desigualdades, en función del contexto geográfico donde fijemos la mirada. Dada la urgencia del asunto, sería necesario elaborar un mapa en el que los esfuerzos de la cooperación al desarrollo eviten los problemas futuros.

[youtube=http://youtu.be/42PXRO-BrQc&w=376&h=300]

El cambio climático es una realidad, por mucho que se empeñen en provocar una ceguera global para continuar con impunidad y sin cambios incómodos para los que tiene un credo inalterable en desarrollarse a base de asfixiar los recursos del planeta. En el inventario de bienes en riesgo de sufrir una sequía sin precedentes hayamos el agua. Sin embargo, la gestión es nefasta, desigual y poco solidaria con los pueblos y sociedades mermados por una posición poco privilegiada para su consumo y disfrute.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha señalado que cada 20 segundos muere un niño o niña a causa de una enfermedad derivada de la falta de agua potable y que, con este ratio de mortalidad, se pierden 1,5 millones de jóvenes vidas al año.

Resulta intolerable digerir datos como dato instalado en la frialdad y una interesada pasividad. Miles de millones de euros y dólares destinados a proyectos de desarrollo para garantizar necesidades de primer orden y nos tropezamos con una cascada de perdidas humanas que forman parte de las futuras generaciones.

Se estima que en el año 2025, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con una gran escasez de agua y dos tercios de la población mundial lo hará en condiciones de carencia extrema, datos elaborados por los exhaustivos estudios ONU Agua, una coalición integrada por representantes de 24 organizaciones del foro mundial.

Esta crítica situación para el desarrollo humano no contrasta con el fatídico uso del líquido vital. En la actualidad se destina 70 por ciento del agua dulce al riego, un 22 por ciento a la industria y alrededor de ocho por ciento al uso doméstico. Estos porcentajes se registran en aquellos lugares donde el saneamiento y abastecimiento no es una utopía.

Pero, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ha logrado contrastar que más de 884 millones de personas no tienen agua potable en el mundo. Y cerca 2.600 millones de seres humanos carecen de un sistema que permita beber sin restricciones o aplicar hábitos de higiene personal condicionado por la escasez.

De las 6.000 millones que habitan el planeta, el grifo de las oportunidades solo vierte para una minoría, a pesar de ser un remarcado Objetivo de Desarrollo del Milenio, a pesar de los enormes esfuerzos económicos dedicados a través de planes de cooperación.

A pesar de todo esto, la gran mayoría de los niños y niñas del planeta tienen sed.

Comunicación para un desarrollo inclusivo y sostenible

Natalia Puga.- La Comunicación para el Desarrollo es todavía una disciplina en fase experimental y de tímida implantación en los proyectos de cooperación internacional para el desarrollo promovidos desde este país, pero en los últimos años han surgido interesantes iniciativas que iremos estudiando en sucesivas reflexiones en Referencias. En el marco de esta inquietud surgido entre los profesionales del tercer sector y del mundo comunicativo se enmarca el Encuentro de “COMUNICACIÓN, INCLUSIÓN Y DESARROLLO SOSTENIBLE” celebrado en Córdoba entre los días 20 y 21 de octubre de 2010.

Con la mirada siempre puesta en América Latina, donde se puede localizar el germen de la comunicación para el desarrollo entendida como una manera diferente de hacer comunicación, enfocada a mejorar la calidad de vida de las personas, en este encuentro  se reunieron diversas organizaciones de Europa, África y América Latina para exponer sus experiencias en el ámbito de la comunicación para el desarrollo.

El objetivo del encuentro, promovido por el Centro de Iniciativas para la Cooperación CIC Batá, era intercambiar el trabajo que se está realizando, así como mostrar los resultados que se están consiguiendo, los obstáculos y los retos que se han de afrontar. Y el objetivo se alcanzó.  Se llegó a el con la suscripción del documento “Propuestas desde Córdoba por una comunicación para un desarrollo inclusivo y sostenible” por parte de quince entidades sociales y departamentos y estudiantes de diversas universidades de los tres continentes implicados.

AGARESO tuvo la oportunidad de formar parte de este encuentro y quiso trasmitir su forma de entender la comunicación para el desarrollo, como una herramienta de evidente utilidad a la hora de promover procesos de cambio y un desarrollo humano hacia una sociedad más inclusiva y más justa. 

Hablar de CpD para esta entidad es hablar de personas, de ciudadanos con potencial comunicativo, pero que no han tenido la oportunidad de desarrollar sus capacidades. Hablar de CpD es hablar de la brindar la oportunidad a comunidades y sectores de la sociedad que han estado silenciados por causas ajenas a su voluntad, que incluso han sido relegados a situaciones de exclusión social y de marginalidad. Es hablar de darle voz a personas que han sido privadas de ella, de facilitarle las herramientas para que puedan comunicarse y de dejar que se expresen. Sus aportaciones al mundo y al desarrollo humano serán mucho mayores de las que aportaciones que se puedan hacer desde las entidades que nos dedicamos a facilitarles, simplemente, un conocimiento comunicativo del que habían sido privados.

Una entidad con estos principios como base de trabajo no podía sino suscribir las propuestas formuladas en Córdoba, en un encuentro en el que ha sido unánime la conclusión de que “la comunicación es fundamental en la construcción de una sociedad democrática y plural, donde las identidades culturales de sus ciudadanos y ciudadanas se fortalecen, como punto de partida para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales y la convivencia intercultural, haciendo posible una auténtica apropiación de los procesos de desarrollo. Además, la comunicación nos hace apasionados por la acción y la reivindicación de aquellos derechos que nos pertenecen, que son inherentes al ser humano”.

Las entidades que han suscrito este documento concluyeron que el compromiso de las organizaciones que trabajan la Comunicación para el Desarrollo “es esencial en muchas comunidades para defender el derecho que tienen todas las personas y todos los pueblos (sin distinción de su procedencia, cultura, orientación sexual o religión, mediante la información y la educación, con los medios legales y materiales, incluidos los medios tecnológicos necesarios) a acceder a los medios de comunicación que consideren adecuados, sea cual sea la naturaleza de éstos”.

Las organizaciones participantes hacemos consideraciones y planteamos los objetivos que creemos que deben marcar el futuro de la CpD en el siguiente documento:  Propuestas desde Córdoba por una comunicación para un desarrollo inclusivo y sostenible.

(Conoce las conclusiones del encuentro descargado el documento oficial elaborado en formato PDF: Propuestas desde Cordoba CpD)