No es poca la sospecha que generan las actividades del sector farmacéutico. Hubo tiempos en los que analistas de política internacional aseguraban que los productores de los medicamentos tenían la capacidad de «quitar y poner gobiernos» de las principales potencias mundiales del planeta. Pero, a día de hoy, solo serían cables hechos públicos por wikileaks y desmentidos, una y otra vez, por la administración aludida.