¿Dónde está Europa?, ¿alguien conoce algún país que practique los Derechos Humanos con letras mayúsculas, aquí dentro? La comisión de Inmigración ha criticado la inacción de los Veintiocho a la hora de cumplir con los compromisos para abordar la crisis de los refugiados. Según parece, el programa para atender a 160.000 demandantes de asilo solo ha registrado 497 personas reubicadas. Una cifra que debería sacar los colores a todos los Estados miembros. Un dato que estrecha las manos a la vergüenza más absoluta. Una fotografía del desastre de las políticas sociales a este lado del Mediterráneo.
Primera ‘legislatura’ para Agareso
Han pasado cuatro años y la sensación de escasa contribución al desarrollo es crónica. Todas las inversiones en recursos humanos, materiales y técnicos son insuficientes ante una insaciable demanda de necesidades sociales y humanas. Aquel siete de mayo de 2008, una larga lista de nombres, fieles al compromiso, estampó la firma sobre un documento fundacional para dar vida a la ONGD Agareso – Reporteros Galegos Solidarios – en el despacho de abogados del generoso Jorge Paladino, ubicado en la ciudad de Pontevedra.
Desde entonces, los esfuerzos no fueron pocos para mantenerse en una línea de continuo crecimiento sin sufrir serios desvanecimientos. Hubo que nadar contracorriente en un periodo de incipiente crisis, agravada con el paso de los años. Se puede decir que el nacimiento del colectivo acompasó los primeros signos de un frenazo económico que ha se dejado notar en todos los sentidos…
El segundo sector con mayor destrucción de empleo, según datos oficiales, se acabó convirtiendo en objetivo prioritario de una iniciativa vinculada al voluntariado y solidaridad con la irrenunciable convicción de cumplir con los principios más elementales del periodismo, y mejorar así una deteriorada imagen de la profesión, tan dañada por los intereses políticos y mercantilistas de las empresas de comunicación.
La experiencia desembocó en un proyecto de modestos aunque efectivos resultados. Nunca han faltado las ambiciones de instalarse en la consolidación y convertir a la comunicación en una reconocida herramienta de desarrollo: «Un bonito axioma en estado espera».
Afortunadamente, algunos pasos han convertido sus huellas en importantes precedentes en la forma de entender y practicar un oficio entregado, por completo, a la visibilización y sensibilización de la lucha contra la pobreza, defensa de los Derechos Humanos o Ayuda Oficial al Desarrollo.
Otra cosa, bien diferente, ha sido el nivel de permeabilidad que el concepto de Comunicación para el Desarrollo (CpD) ha obtenido en el seno de las ONG´s y organizaciones e instituciones sociales. ¿Aislados o incomprendidos? o ¿las dos cosas?
En principio, tan solo se logró visualizar un proyecto integrado por comunicadores profesionales como ‘una mera tabla de salvamento’ para los departamentos o áreas de comunicación de las organizaciones. Una percepción todavía asentada en el imaginario colectivo. Una extendida idea de otorgar el derecho a ocupar el espacio natural, sin extralimitarse, con la única misión de producir reportajes para publicarlos en los principales medios por una supuesta influencia, al entender que trabajar en las redacciones de periódicos, radios o televisiones es una ‘ideal’ condición de privilegio.
Transcurridos varios años, cuatro para ser exactos, demostrar que Agareso es algo más que un cómodo vehículo para llegar a la opinión pública con “las virtudes de mis acciones o mis proyectos” se ha convertido en una auténtica obsesión. Programas integrales de CpD en centros penitenciarios como A Lama, con una emisora de radio en servicio a nivel interno; capacitación de personas con discapacidad en habilidades comunicativas o talleres de radio con enfoque medioambiental en comunidades del Bajo Lempa (El Salvador) avalan la teoría de la que ONGD de reporteros garantiza una utilidad social.
El determinante esfuerzo de un centenar de voluntarios/socios, colaboradores, corresponsales en países de Latinoamérica y África ha logrado posicionar una vocación solidaria en un territorio propio de legitimidad en el campo de la acción social, cooperación, comunicación y desarrollo…
En el pasado reciente, las oportunidades de intervención y participación en los procesos de cooperación internacional han abierto las puertas a los representantes de la comunicación en escenarios tan dispares como Galicia, España, Marruecos, Campos de Refugiados Saharuis, Ecuador, Golfo de Fonseca (El Salvaldor, Nicaragua y Honduras), Ucrania, Repubica Dominicana, Guatemala, Perú, México, Palestina/Israel, Cabo Verde o Guinea Bissau, entre otros lugares.
La organización Agareso acaba de cumplir el tiempo estipulado para una legislatura. Y lo ha hecho con demostrada capacidad de resistencia ante las complejidades de sobrevivir de los ideales del compromiso en tiempos de crisis. Pero, esta clase de travesias generan un débito impagable. Por ello, solo queda reconocer una eterna deuda con cada uno de los miembros que componen la red de reporteros y mantener intacta la ilusión del «primer amor» (Cita del maestro Xosé Cuns en su ponencia de la primera convención celebarada en A Lanzada – O Grove 2008).
Tampoco podemos olvidar a las personas que, en su decisión de subir y bajar a lo largo del complicado trayecto, aportaron riqueza personal, talento y una edificante profesionalidad a un proyecto con inquebrantables deseos de sumar un mayor número de legislaturas en su historia.
El paso del tiempo juzgará si la creación de la ONGD Agareso fue o no una idea interesante; una organización necesaria o prescindible. ¿Beneficiosa o infructuosa a nivel social?…. Si corren buenos tiempos o no para «ser un fiel aliado con la esperanza del futuro».
Reencuentro con la ‘generación perdida’
El presente recibe la visita de un pasado con el que ya no contaba. Supervivientes de la denominada ‘generación perdida’ reivindican el mérito de haber sorteado todas las minas escondidas en el camino vital… Algunos que fueron seducidos por unas sustancias de toxicidad social incalculable, ahora, cuentan su historia con grandes dosis de arrepentimiento cuando la mirada se fija en lo ocurrido a lo largo de la década de los 80.
Si hubiesemos podido incluir aquella conversación en un programa de radio, habríamos elegido para su cierre una cultivada banda sonora del maestro Antonio Vega: ‘Se dejaba llevar por ti’. Nada más acertado que una lírica de desbordante realismo para ilustrar 60 minutos exclusivos.
Todo acontece en la IV Convención Anual de Agareso. En un amplio programa también se incluye el almuerzo en el módulo 9 de la prisión de A Lama (Pontevedra). La experiencia queda acotada y limitada, algo muy habitual en la vida penitenciaria, al comedor del mecionado módulo.
La cola de gente es más extraordinaria de lo habitual. La rutina pierde fuerza ese día. Solo una ranura en la parte inferior de aquel habitáculo, soportado por una robusta estructura de hierro y cristal, permite mantener un contacto físico con los internos encargados de servir la comida de ese sábado. El menú no perseguía la exquisitez o sofisticación en su composición.
Había que buscar un sitio vacio para sentarse a comer. En aquella mesa nos encontramos con dos veteranos de la vida carcelaria. La casualidad quiso que Carmén Avendaño, presidenta de la Fundación Erguete, mujer que plantó cara a los narcotraficantes gallegos hasta desenmascararlos, nos acompañase en aquel singular escenario. Parecía no ser ajeno para ella. Pronto, descurbiríamos porqué…
Las presentaciones fueron escuetas con los dos internos que ocupaban la zona más próxima al pasillo del comedor. La mesa y sillas habian sido ancladas al suelo. Uno de ellos comienza a romper el frio inicial: «¿Te puedo llamar tocayo?». A lo que se le responde con amabilidad: «Ningún problema, encantado de compartir nombre».
Poco a poco, descubren la realidad social y personal que les ha llevado a sumar décadas en prisión: La droga en sus diversas presentaciones y composiciones ha sido la causa prinicipal «de todo». Con lamento, Juan confiensa que «ya está bien. He montado demasiados lios a todo el mundo por las drogas».
Su mirada se torna triste y nostálgica. En sus explicaciones golpea la mesa con moderación. Intenta contener la impotencia, a pesar de las numerosas desgracias provocadas con sus delictivos actos.
El robo era su modo de vida hasta que el propio sistema logró neutralizarlo… La comisión de varios delitos se acabo transformado en una condena de 12 años privado de libertad. «Es mucho tiempo aquí dentro».
En una dialogo cruzado con Carmén Avendaño desvela que el VIH también buscó acomodo en su organismo. «Lo tengo controlado. La carga viral lleva muchos análisis indetectable». Es decir, es como tener el virus dormido o inactivo en el interior del cuerpo, gracias a las actuales terapias de abordaje de la enfermedad.
Desmiente lo que todos pensabamos y dabamos por sentado: «No me contagie con las jeringuillas. Fue en una relación con una chica». Esta confidencia sorprendió por la naturalidad empleada. El paso de los minutos van agotando las posibilidades de continuar conversando. Por ese lugar, habían pasado numersosas víctimas del tráfico de drogras de las décadas de los 80 y 90. Carmén confirma ese dato: «En este centro, han estado muchos y muchas que se drograban en nuestras calles. Hemos atendido a muchos jóvenes malheridos por el veneno de la droga».
Instantes antes de la despedida, preguntamos por el futuro. Juan aclara que su paternidad y compañera sentimental es prioritaria para rechacer su vida, una vez consiga recuperar la libertad. Con una sonrisa integrada en un duro semblante nos expresa, a punto de recobrar cada uno su camino: «Para vosotros, ha sido todo un reencuentro con la generación perdida. Gracias por este rato, ¡suerte en la vida!».
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Actor Social – «No se han estudiado las consecuencias de asimilar la subcultura carcelaria»
Tomas Acuña.- Las agresiones entre internos e intentos de agresión física eran habituales, y el lenguaje vulgar, agresivo y provocador era permanente. Hasta tal punto de que los propios trabajadores copiaban ese lenguaje. No era raro oír a funcionarios hablar con frases como: “le metieron un baldeo en el tigre” (lo pincharon en el water), “el caco se va de cunda” (el interno se va de conducción) o “el kie le tiene ganas al boki” (el líder, jefe de grupo de internos, el mas peligroso, o violento quiere clavarle un pincho o cortar a un funcionario).
Es lo que se definió por Celmmer como prisionización: que es la asimilación o interiorización de la subcultura carcelaria y que afecta en mayor medida a internos, pero también a los trabajadores penitenciarios.
Esto parece una nimiedad pero está demostrado que este proceso provoca trastornos emocionales, psíquicos, que hasta hoy nunca han sido estudiados: ¿Hasta que punto puede influir en nuestro equilibrio emocional, en nuestro cuerpo, tanto nivel de tensión durante un periodo de tiempo?, ¿Cómo sabemos que muchas patologías y enfermedades que se padecen no son consecuencia de problemas relacionados con la psique, que repercuten a nivel somático?
Es verídico que hay trabajadores que sufren trastornos digestivos, de relaciones afectivas, cardiovasculares, respiratorios… Y en estos problemas, hay una clara influencia de tipo emocional. Actualmente, se habla sobre del síndrome de Burnout, stress, etc. Pero esto no se conocía hace años: «no se sabía nada de esto, ni de sus posibles consecuencias».
Afortunadamente, las cosas han mejorado y evolucionado. Las infraestructuras son «mejores, mas nuevas». Los servicios se prestan a todos los internos de forma casi universal. Hay más actividades, tanto a nivel formativo, productivo y/o de tipo ocupacional; hay mas recursos y mejor formación.
Estas incorporaciones sustantivas al sistema penitenciario actual ha provocado una rebaja de la tensión diaria y una población reclusa con una mayor nivel de acceso a herramientas que contribuyan a su reinserción social real.
Este nuevo escenario ha logrado alejar algunas problemáticas que los profesionales sociales y funcionarios sufrían a todos los niveles, en su mayoría, causadas por los numerosos de episodios de peligrosidad padecidas en el interior de las prisiones (Me remito al primer post para recordar con que ánimo acudíamos al turno de trabajo para hacer una comparativa objetiva).
Aún así, es evidente que los insuficienes recursos del presente siguen generando dificultades a la hora de implementar tratamientos espécificos para lograr un mayor ratio de internos/as resinsertadas en la sociedad.
(Tercer relato de Tomas Acuña de una serie dedicada a las experiencias del pasado y presente de las prisiones en el sistema español. La mayoría de los hechos tuvieron lugar en la cárcel de A Parda y el Centro Penitenciario de A Lama en la provincia de Pontevedra) .
La futura Ley de muerte digna busca el ‘consenso social’ evitando el concepto de eutanasia
El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad prepara el borrador de la futura ley que regulará los cuidados paliativos y el alivio del dolor de las personas enfermas en sus últimos días de vida, y que se trata de una ley que pretende alcanzar «el consenso social».
La futura ley de muerte digna se encuentra en proceso de tramitación con el firme propósito de dar respuesta a «una situación que necesita de regulación», según el gobierno. La ley ofrecerá garantías a los profesionales del sistema sanitario y a los pacientes, «que en sus últimos días de vida tienen derecho a que se mitigue su dolor», a no sufrir, y a vivir sus últimos momentos «con dignidad».
La normativa no será una ley que regule la eutanasia, sino que trata de garantizar el derecho a mejora la prestación sanitaria. Esta ley de ámbito nacional tendrá en cuenta las experiencias desarrolladas por los sistemas públicos sanitarios de Aragón y Andalucía.
En su elaboración, serán consultados diversos expertos y, en las próximas semanas, el gobierno presentará un borrador del texto que pretende discutir con todos los sectores profesionales y con las organizaciones cristianas porque el futuro texto tiene «vocación de consenso».
De momento, la Iglesia no realizado ningún pronunciamiento al respecto, aunque el ejecutivo español está dispuesto a debatir con la institución católica.
La principal pregunta en diversos ámbitos de la sociedad, donde el debate nunca estuvo apagado, se centra en conocer los planes a largo plazo. Es decir, si este texto legal es el esbozo de la futura Ley de Derecho a la Eutanasia.