Una ventana musical a la crisis migratoria
No es difícil encontrar una forma original y afín a los derechos humanos para disfrutar la música y de los grandes acontecimientos que la rodean. En esta ocasión nos quedamos anclados en el viejo continente europeo. Con carácter anual se celebra el afamado Festival de Eurovisión. Últimamente, la evolución de este escaparate de cultura musical también trata de ser un emisor de mensajes en favor de los derechos humanos.
El pasado año, el ganador, el artista portugués Salvador Sobral exigía a los gobiernos una bienvenida hospitalaria a los refugiados que huyen de las guerras y la pobreza. El pasado 2018, la representación de Francia, el duo Madame Monsieur da las gracias en la canción titulada: ‘Mercy’ a la vida. Este nuevo himno a la solidaridad está inspirado en una fotografía de nuestra propia realidad: una madre nigeriana que da luz a un bebé en plena travesía tras ser rescatado en aguas del Mediterráneo. El pequeño era bautizado como Misericordia o Piedad. Nacía a bordo de un barco en marzo de 2017.
Eco de los derechos humanos
La canción concentra altas dosis de humanidad y logra introducir la crisis migratoria en un Festival Internacional con una enorme repercusión global. Visibilizar a los invisibles es una cuestión de compromiso mezclada con cierta determinación inquebrantable. Un cóctel que, en esta ocasión, consigue a través de la música incidir en las graves consecuencias humanas de una crisis migratoria. De una de las tantas que existen y persisten. Y nos recuerda que se trata de un hecho que se divisa de la orilla de los diferentes países europeos. De un acontecimiento infinito.