Agricultores de la comunicación

Retomar las buenas prácticas para desarrollar es la filosofía que arroja, con cierto descontrol, el proyecto que un amplio equipo de la ONGD Agareso realiza en el Bajo Lempa, en el Salvador. La idea es fortalecer una emisora de radio comunitaria a través de la capacitación, formación y aportación de recursos técnicos básicos. Otra cosa bien distinta es lograr un reto sin precedentes para una organización venida de menos a más.

El turno, la titularidad en este trascendental partido, corresponde a dos experimentados comunicadores: Lorena Seijo y Roi Palmás. Pero, las siembras y cosechas anteriores contaron con otras expertas del periodismo social comprometido como Carmen Novas, Susana Alvite y Laura López Ruíz. Un amplio equipo que permite delirar con ganar tres y, hasta, cuatro torneos (de primer nivel) la misma temporada. Si nos ponemos un poco ambiciosos podemos pensar y entonar aquello de: “no renunciamos a nada”.
La Comunicación para el Desarrollo pide paso con más fuerza que nunca. Lo hace en un contexto donde la FM Radio goza de un accidentado protagonismo. La orografía de la zona, conviviendo con la imponente presencia del volcán Chinchontepec, pone las cosas difíciles a las técnicas más sofisticadas de la alta frecuencia en la radiodifusión. Aunque, a decir verdad, la ventaja inicial recae sobre el modesto canal de Tehuacán por que las emisoras comerciales golpean su propagación de onda con las faldas del majestuoso accidente geográfico. Todo un condicionante que suma cuando podría interpretarse que resta.
Desde la distancia, en Galicia, cómodamente sentado ante un ordenador conectado a banda ancha, una sana envidia riega arterias y venas de un cuerpo entregado a la vocación de apostar por una fórmula eficiente para colectivos y comunidades con verdaderos deseos de evolucionar en positivo. Y, curiosamente, seguimos encontrar una mínima rendija para la reprobación que muchos/as administraron desde los orígenes de la iniciativa…
En conclusión, participar en un proyecto de esta naturaleza forma parte de uno de esos grandes sueños personales y profesionales que todo agricultor de la comunicación social espera firmar en el haber de su experiencia vital

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