Todos los días del año deberían ser declarados como Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Que se sepa, por el momento, no se han registrado muchos cambios al respecto. Se tendría que incidir en el principal problema de la humanidad. Pero, no lo hacemos. Habría que invertir esfuerzos para recortar el extendido manto de personas que sufren el castigo de la carencia de recursos más básicos. Y, sin embargo, nos ponemos una venda en los ojos para vivir en la comodidad que proporcionan las tinieblas.
Depende de quien narre el cuento
Los grandes olvidados no parece que vayan a ser rescatados de la actual oscuridad informativa. Desde el desmantelamiento del campo de refugiados de Idomeni la situación ha variado de forma sustantiva: la realidad de las personas que huyen de la guerra y la pobreza ha pasado del primer plano a ser unas verdaderas desconocidas. Es cuestión de apagar el foco informativo para que el problema desaparezca de escena y así despreocuparse de elaborar una posible solución.
¡Hasta la próxima!
Ya no hay campos de refugiados mediáticos. Han borrado la imagen en nuestras televisiones. Los informativos de la pequeña pantalla han apagado el foco en aquellos lugares en los que la tragedia humana enseñaba los dientes a diario. La decisión del gobierno griego, un ejecutivo de políticas de izquierdas, ha atendido las recomendaciones de Bruselas, de la Unión Europea. No se podrá decir que no ha sido obediente.
Dispendios electorales
Las segundas elecciones generales han sido convocadas para el próximo 26 de junio, en auténtico alarde de falta de entendimiento político y derroche de recursos económicos que superan los 126 millones de euros. Esa es la cantidad que costará la nueva convocatoria electoral. Unos recursos que supondría, bien invertidos, la solución para muchas personas con Dependencia en España, todavía, pendientes de recibir una modesta ayuda para afrontar su situación.
¿Cómo mercantilizar al refugiado?
La deportación a Turquía es la nueva solución que acaba de idear la Unión Europea para dar salida a la llegada masiva de refugiados a Europa. Esa es la única respuesta ‘solidaria’ de un conjunto de gobiernos de países desarrollados, que obligan a otros a hacer lo que ellos no hacen, para abordar un problema humanitario de proporciones desconocidas.
Tres en raya
La última legislatura del gobierno español pasará a la historia de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Dejamos atrás los cuatro años más críticos para las políticas de solidaridad de una administración como la central. Según denuncia Oxfam, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ha sido la política pública «más recortada» desde que comenzó la crisis en España: 70 por ciento desde 2009 y 53 por ciento desde 2012.